sábado, 13 de diciembre de 2008

ENDOGAMIA REAL FEMENINA HISPANO PORTUGUESA

REYES CATÓLICOS AFORTUNADO Y AUSTRIAS

Como poco antes con Pedro y Enrique, el asunto de La Beltraneja vuelve a dividir a Castilla en dos mitades rivales: portugueses gallegos leoneses y muchos castellanos son partidarios de la legítima heredera Juana. Entre estos el arzobispo de Toledo Alfonso Carrillo, quien pronuncia la histórica frase: Yo saqué a Isabel de hilar y yo la volveré a la rueca. Pero no resultó profeta el arzobispo. Con los Reyes Católicos Castilla y Aragón empiezan a ser España. Sus descendientes van a copar todos los tronos europeos.

En su Testamento la enérgica Reina escribe: …quiero y es mi voluntad que los dichos Reinos de la Corona de Portugal hayan siempre de andar y anden juntos y unidos con los Reinos de la Corona de Castilla sin que jamás se puedan dividir ni apartar por ninguna causa que sea o ser pueda.

Tras el Tratado de Alcaçovas entre Alfonso V y su sucesor Juan II con los Reyes Católicos, su hija primogénita Isabel se desposa con el heredero príncipe Alfonso, quien muere a causa de una caída de caballo en Santarem. Vuelven a casar a Isabel con el primo de aquel, Manuel el Afortunado, hijo del duque Fernando de Viseo, padre del primogénito Diego, asesinado por su propio primo y cuñado Juan II casado con la hermana de ambos, Leonor. Acusado Diego de conspiración, traición y colaboración con los Reyes Católicos en el asunto de la Beltraneja, así como su otro cuñado Fernando, II duque de Braganza casado con la otra hermana, Isabel.

A Manuel el Afortunado, O Venturoso, dicen los portugueses, los numerosos asentamientos en África y Oriente, además de Brasil, lo hacen el monarca más rico de Europa. Isabel muere a causa del parto de su hijo Miguel, el heredero del imperio más grande del mundo, que muere también dos años después.

Los Reyes Católicos no desisten y casan a su hija María con el viudo de su hermana. De su numerosa descendencia, su hija Isabel se casa con su primo hermano Carlos I de España y V de Alemania, Emperador, ambos nietos de Isabel de Castilla y bisnietos de Isabel de Portugal. La tercera esposa del Afortunado es Leonor de Austria, primogénita de Juana la Loca y Felipe el Hermoso de Habsburgo, primer Austria español, descendiente de la princesa portuguesa Eleonora, casada con Federico III Emperador de Alemania, padres de Maximiliano I Emperador casado con María de Borgoña. Viuda ya de Manuel, Leonor se casará con Francisco I de Francia, el implacable rival de su hermano Carlos V por la hegemonía europea.

Contrariamente a las numerosas princesas y consortes hispano-portuguesas que al enviudar se refugian en la Corte de España o en conventos castellanos poblados de bastardas reales, María, hija del Afortunado y Leonor, se niega a salir de su tierra.

La esposa de Carlos V, Isabel, Reina de todas las Españas y Emperatriz consorte del Sacro Imperio Romano Germánico, cuya belleza reproducida por Tiziano nos sobrecoge por su serena majestad, ha sido elegida por su rica dote, pero nunca un matrimonio de Estado fuera mejor avenido. De este afortunado amor nace Felipe II, “el hijo de la portuguesa”, que a su vez se casa con su prima hermana María Manuela, hija de Juan III y Catalina de Austria, hermana pequeña del Emperador. María Manuela, la infanta ingenua y gordita, muere poco después, dejando un hijo díscolo, Carlos, el de la ópera de Verdi con texto de Schiller, que no llegará a reinar.

La hermana menor de Felipe II, Juana de Austria, se casa con el hijo de Juan III y Catalina, príncipe Juan Manuel heredero de Brasil, quien muere prematuramente. El hijo póstumo de ambos, Sebastián, queda al cuidado de sus abuelos en la corte de Portugal. Sebastián morirá en el intento de expansionismo en el norte de África, en la batalla de Alcazarquivir. Al enviudar, su madre Juana vuelve a España donde será gobernadora mientras su hermano Felipe anda por Inglaterra y su padre se retira en Yuste. Ambas hermanas, viudas, Juana de Portugal y María Emperatriz de Austria, acabarán sus dias en el monasterio de las Descalzas Reales, fundado por Juana, una vez asentado definitivamente en España Felipe II.

En 1580 muere Enrique el Cardenal, tío de Sebastián, que ha sido elegido rey. Felipe II reclama el trono por su madre la Emperatriz, y con la anuencia de la duquesa de Braganza, también nieta del Afortunado y María, Felipe culmina la ambición ancestral: la unión de los dos grandes imperios donde nunca se ponía el sol. Por entonces, y a su sombra, ya están surgiendo nuevos imperios que acabarán con los dos.