sábado, 11 de abril de 2009

AVENTURA DE LA PALABRA HABLADA Y ESCRITA A TRAVÉS DE LA HISTORIA

ALFABETO FENICIO

Con la caída de Troya en 1.200 a., los griegos se establecen masivamente en Asia Menor, a la que llaman Capadocia y Anatolia. Los fenicios, que comercian con Egipto y con todo el Mediterráneo, tienen la necesidad de crear un alfabeto simplificado, al que añaden las vocales, suprimidas en las lenguas semíticas. Sus continuadores en la hegemonía del mar, los griegos, lo adoptan y extienden por todo el occidente, y perdura en nuestros días.

Las lenguas semíticas son muy similares unas a otras por haberse originado de una rama común y haber sido lengua franca en varios imperios. Lo mismo ocurrirá un milenio después con las lenguas románicas derivadas del latín. El hebreo, ya evolucionado del original cananeo con la invasión de los Patriarcas procedentes de Ur dos milenios antes, enriquecido después con la literatura egipcia anterior al Éxodo y con la posterior deportación a Nínive, luego con la babilónica de Nabucodonosor II que destruye el Templo de Salomón en 588, y finalmente con la persa de la restauración de Darío II el Grande.

Con la derrota persa de Darío I comienza la hegemonía griega. Homero, ciego, les ha transmitido oralmente en verso, luego recogidos en letras, la más acabada, inspirada e insuperable historia de las guerras de Troya, creando la Épica para toda la literatura posterior. En el siglo VII Hesíodo trata de poner orden en el Caos original del politeísmo pagano con su Teogonía, inspirada en la filosofía oriental, precursora de los no menos caóticos monoteísmos posteriores. Heródoto, viajero y geógrafo crea la Historiografía.

El papiro egipcio se ha impuesto desde hace tiempo, para sustituir las litotecas de barro cocido, mientras proliferan las inscripciones jeroglíficas en estelas y templos, en demótico griego con alfabeto fenicio, en caracteres ya comprensibles a nuestra lectura. Es esta una de las cumbres más álgidas de la cultura humana, que quizás en muchos aspectos no hayamos superado aún.

Un milenio más tarde del fallido monoteísmo de Akenaton, empiezan a nacer otras teosofías monoteístas, indicativas de un monoteísmo universal: Zoroastro en Persia, Buda en India, como el Tao chino, más una filosofía no teosófica a la manera de otras religiones, y Mitra, predecesor del cristianismo en tiempos de Roma. Las letras sagradas monopolizadas por magos y sacerdotes de los templos, se han demotizado: las crónicas de guerra, las genealogías reales, la Poesía, el Teatro griego, el Comercio, etc. Mientras tanto se ha venido escribiendo una obra literaria transcendental en arameo, lengua que habían hablado hititas, asirios, babilonios, fenicios y etíopes, que luego se llamará Antiguo Testamento.

Al final del último milenio anterior a nuestra era, el imperio de Alejandro Magno abarca hasta el Valle del Indo y el Punjab. Dividido a su muerte entre los nuevos imperios, en el seléucida de Siria, en 198 a., Antíoco IV introduce el Zeus Olímpico en el templo de Salomón. En la Alejandría egipcia de Ptolomeo II Filadelfo, en 146, setenta rabinos hebreos traducen sus letras sagradas al griego. Con lo que consiguen judaizar Occidente, sin conseguir helenizar a Israel.

Tras la derrota de Aníbal en la tercera guerra Púnica, los greco-romanos de la Magna Grecia, se alzan como la más imperial hegemonía que hasta entonces había conocido el mundo, que abarca hasta el Indo y los Himalayas en oriente y hasta el Mar Tenebroso en occidente, dando espacio al más imperial lenguaje llamado latín por el lugar donde se origina.