viernes, 21 de noviembre de 2008

LAS MIL Y UNA NOCHES EN LA LITERATURA OCCIDENTAL

CANTAR DE GESTA Y AMOR CORTÉS

La plena aceptación del cristianismo en la Europa carolingia había disipado el uso de ritos paganos ancestrales y generalizado un renacimiento cultural, sembrando de catedrales y monasterios románicos todo el territorio europeo. Las luchas del Emperador contra los musulmanes de España, que ya habían traspasado los Pirineos e invadido Francia, en Roncesvalle da la primera obra de gesta: El Cantar de Roldán.

A principios del segundo milenio, los Cruzados, que han ido a salvar los Santos Lugares, acaban también apropiándose lo que queda del Imperio Romano de Constantinopla. Cuando finalmente son arrojados de aquel suelo por los musulmanes, los cristianos vuelven a casa arabizados, si no islamizados, impregnados de la filosofía oriental.

Judíos y musulmanes traducen del griego árabe y hebreo al latín, en St. Denis y Mont Saint Michel, Montpellier y Toulouse: cosmología matemáticas medicina mineralogía y alquimia. La Escolástica trata de conciliar la fe cristiana con la filosofía racional de Aristóteles. Con las lenguas neolatinas las letras se secularizan. El latín queda para la Iglesia, la Jurisprudencia y la Universidad. Su supervivencia está asegurada. Ni la ciencia ni la cibernética pueden prescindir de él. El griego original sigue siendo el semillero de neologismos para la lengua universal.

En la Provenza autóctona, más italiana que francesa por entonces, se desarrolla una cultura progresista impulsada por el conde Guillermo de Aquitania, que ha participado en las cruzadas, protege a judíos y musulmanes y mantiene en su suelo sinagogas y escuelas coránicas y cabalísticas junto a las escuelas monacales. Guillermo financia las obras del monasterio románico de Cluny en la Borgoña, desgraciadamente destruido en 1811. En esta sociedad ecléctica y permisiva, juglares y trovadores cantan sus sensuales cuentos de mil y una noches con una pátina de cristiandad. Las versiones orales van siendo recogidas en una literatura que llaman Román cortés.

Desde Cluny los monasterios se irradian a Italia Alemania Inglaterra y España, donde los Pirineos aun no marcan fronteras. En Cataluña contamos con importantes monasterios, como el de Santa María de Ripoll, Poblet y Santes Creus. Estos centros culturales, influidos por la filosofía y la mística oriental, van a dar lugar a la herejía de los cátaros o puros iluminados, que papas y reyes van a perseguir hasta su exterminio con la Cruzada albigense.

Margarita, hija de Ramón Berenguer conde de Provenza, se casa con el rey santo Luis IX, quien según Ítalo Calvino tuvo una experiencia mística una noche que pasó encerrado solo en una pirámide de Egipto durante la VII cruzada. Juana, heredera única del conde Raimundo de Toulouse, se casa con Alfonso de Poitiers, hermano de Luis, ambos hijos de Blanca de Castilla. Con estos matrimonios el Midí pasa a formar parte del territorio francés.

En el siglo XII, Chrètien de Troyes, capital de la Champagne, y María de Francia, hija de Leonor de Aquitania y esposa del conde de Alsacia y Flandes, Felipe, que también ha participado en las cruzadas, ambos protectores de Chrètien, dan impulso a una fabulosa literatura escrita en un francés incipiente: una de las muchas lenguas en las que se ha fragmentado el latín, llamada lengua de oil en la parte norte y lengua d´oc en la mitad sur, plena de arabismos por los muchos judíos y musulmanes que tras la victoria de Carlos Martel y con la aquiescencia de Guillermo de Aquitania habitan la región.

Esta literatura artúrica, o de caballería, se escribe principalmente en Francia, todavía no definida entre la Franconia alemana y la Bretaña insular. De las muchas cortes que se le asignan al mítico rey Arturo, una de ellas es Nantes en la Borgoña.

Dedicados a su protector el conde Felipe de Flandes, e impulsado por María, su esposa, Chrètien escribe el Tristán de Gales e Isolda de Irlanda, dando lugar a un género literario que va a llenar toda la Edad Media con las aventuras del rey Arturo y sus Caballeros de la Mesa Redonda de interminables y truculentos episodios y héroes como Lancelot y sus amores adúlteros con la reina Ginebra, esposa de Arturo; el PercevaL de la leyenda mística del Grial, símbolo del espíritu eucarístico cluniacense, o el Turrismundo de Cornualles, de la Casa de Escocia. Su madre, una doncella que jugaba en los bosques que rodeaban un castillo templario, queda embarazada, y cuando su hijo crece le aconseja que puesto que los monjes guerreros están ligados con voto de castidad, haga que toda la Orden lo reconozca como hijo.

Durante varios siglos estas narraciones van a constituir el cuerpo literario de las recientes lenguas europeas, todavía no destacadas totalmente unas de otras ni de su reciente pasado latino común.

Aunque los cuentos de las mil y una noches, traducidos en España, han pasado a toda la Europa latina, no es hasta el tiempo del Rey Sol Luis XIV cuando se hace la primera edición completa en francés, traducida de una edición de El Cairo de 1323. Cuando Napoleón conquista Egipto, fascinado por su cultura milenaria, se hace una nueva versión en 1832.

El acervo sapiencial humano alcanza el Siglo de las Luces con Voltaire y Víctor Hugo.

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